Santo Tomás de Aquino, el doctor Angélico de la Iglesia, fue un fraile, teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores (Dominicos), es considerado el principal representante de la enseñanza escolástica y una de las mayores figuras de la teología sistemática. Es considerado uno de los más grandes filósofos de la historia.
Su obra más conocida es la Suma Teológica, en la que Santo Tomás sostiene que la existencia de Dios es demostrable.
Santo Tomás es un gran Santo, y escribió muchas oraciones hermosas. Acá les presentamos una de ellas.
Oh Dios misericordioso concédeme poder hacer siempre tu santa voluntad en todas las cosas; que sea mi ambición trabajar solamente por tu honor y tu gloria.
No permitas que me regocije en aquello que no me acerque a tí, ni que me aflija por aquello que me separe de tí.
Que todas las cosas temporales sean como la nada ante mis ojos, y que todo lo que es tuyo sea valioso para mí, y tú, mi Señor, valioso sobre todo ello.
Que toda alegría sin tí sea insignificante, y que no desee nada más que a tí.
Que todo trabajo y fatiga sea mi deleite cuando sea para tí.
Hazme, Señor, obediente sin contradicción, pobre sin lamentación, paciente sin murmuración, humilde sin presunción, alegre sin frivolidad y honesto sin engaño.
Dame, oh Señor, un corazón atento, al que nada pueda seducir lejos de tí. Un corazón noble, al que ninguna afición indigna pueda abatir. Un corazón firme, al que ningún mal pueda doblegar. Un corazón inconquistable, al que ninguna tribulación pueda aplastar. Un corazón libre, al que ninguna afición pervertida pueda reclamar como suyo.
Concédeme, oh Señor, entendimiento para conocerte, diligencia para buscarte, y sabiduría para encontrarte.
Una vida que sea agradable a tí y una esperanza que te pueda abrazar al final.
Santo Tomás de Aquino